¿Qué es el plasma atmosférico frío?
Sólido, líquido, gaseoso: estos son los estados de la materia generalmente conocidos.
Cuando el hielo y el agua se calientan, cambian su estado de agregación: el hielo se derrite y el agua se evapora. De manera similar, casi toda la materia cambia su estado de agregación cuando se le suministra suficiente energía.
Si se añade energía adicional a un gas, se crea plasma. Este proceso conduce a la ionización de las moléculas.
Por tanto, el plasma es un gas ionizado .
Un cuarto estado de agregación se denomina plasma, que se crea añadiendo energía a un gas.
El plasma natural se genera mediante fenómenos como los rayos o la aurora boreal, es decir, el plasma natural está demasiado caliente para aplicarse directamente a los seres vivos. La aplicación sobre la piel humana sólo fue posible con el desarrollo técnico del plasma atmosférico frío, es decir, plasma a temperatura ambiente y bajo presión atmosférica.
Pero, ¿cómo se convierte una mezcla de gases extremadamente caliente en plasma frío? Para generar plasma frío, se suministra a un gas la energía suficiente para que sólo se ionice parcialmente (se ioniza una partícula de 10⁹). Esto permite controlar la temperatura para que se mantenga por debajo de los 40°C.
Este proceso desencadena una cascada de reacciones químicas que producen lo que se llama un cóctel de plasma, compuesto por luz, calor, algo de radiación ultravioleta, campos electromagnéticos, electrones libres, iones y moléculas excitadas llamadas especies reactivas. Este cóctel es un veneno para las bacterias, incluidos los patógenos multirresistentes, y estimula la división celular en células humanas sanas.
El plasma frío para fines médicos está "diseñado" deliberadamente. Esto significa que la proporción de especies reactivas se mantiene especialmente alta, ya que representan la parte médicamente eficaz del cóctel de plasma, mientras que, por otro lado, se minimiza la proporción de luz visible, UV y radiación térmica.
¿Cómo funciona el plasma frío en medicina?
El plasma frío desactiva bacterias, gérmenes, hongos y también patógenos multirresistentes. Activa el crecimiento celular, la circulación sanguínea y el metabolismo celular y estimula así la cicatrización de heridas.